Hoy os dejo un artículo del administrador del grupo en Yahoo! De Re Militari (al que os aconsejo afiliaros porque es la mejor lista de correo de Historia Militar en castellano sobre todo si revisáis sus interesantísimos debates desde su creación). No puedo deciros más que su nombre: Jan.
Habla sobre las circunstancias que rodean en la actualidad a la edición de libros de Historia Militar, que en España está viviendo un auge considerable, con varios consejos a la hora de elegir qué se debe comprar o no.
Como véis, habrá segunda parte que colgaré mañana (a ser posible).
P.S: Ojo, como veréis he añadido una aplicación nueva al blog (para evitar artículos largos). Si queréis seguir leyendo este interesantísimo artículo deberéis pinchar en el enlace Leer más
La primavera de la Historia Militar
Desde hace unos dos años he podido constatar cómo se ha incrementado notablemente la oferta de libros de Historia Militar en las librerías españolas.
En los estantes destinados a mostrar ejemplares historiográficos, la proporción de volúmenes dedicados a temas militares ha aumentado una cantidad que estimaría en un 30 y 40 %; siendo posible hallar locales donde hasta un 60 % de sus libros de Historia están dedicados a militaria en cualquiera de sus vertientes.
Este fenómeno constata toda una tendencia cultural: la Historia Militar interesa, vende, y mucho. Dicho interés ha surgido de forma callada, sin grandes campañas publicitarias editoriales, y con certeza tampoco ha emanado del sistema académico. Entre sus adalides prometeicos habría que citar documentales televisivos y programas radiofónicos, y después, sin duda, Internet.
Es cierto que algunos de los pasajes de la Historia Militar no necesitan de promoción alguna, pues el cine televisado, que aburre a los adultos por las continuas reposiciones, motiva a los jóvenes, permeables también a los videojuegos, con una colosal catálogo de juegos estratégicos y tácticos, estos últimos cada vez más logrados gráficamente.
Tanto ha aumentado la oferta de libros que el aficionado puede abandonar ciertas rutinas; por ejemplo ya puede prescindir de ferias o librerías de ocasión. y es que las editoriales ya prefieren destruir sus stocks antes que permitir que acaben en estos establecimientos, por considerar que dan una mala imagen comercial. De las librerías especializadas, baste comentar que algunas han tenido que cerrar, pues gran parte de cuanto podían ofrecer ya estaba disponible en librerías corrientes. Incluso en las denostadas grandes superficies...
El cambio ha sido notable. Hace dos años era raro encontrar más de un 30% de libros militares en las estanterías históricas, y esto era mucho, si bien en épocas de aniversarios se notaba un aumento de los metros de lineal, siempre fue algo tópico del sector. Lo habitual era no hallar más de uno o dos libros de cada diez; para mas variedad había que acudir a las mentadas librerías de segunda mano o especializadas.
Muchos creerán que estamos ante una moda. En mi opinión no es así; lo que sucede es que está llenando un vacio hasta hacerlo rebosar: por ejemplo, si hace una década no se podían encontrar en castellano libros recopilatorios de batallas, ahora habrá fácilmente media docena. Naturalmente, muchos editores hispanos se han lanzado a aprovechar la oportunidad ampliando sus líneas dedicadas a militaria, destacando Libsa, Edaf, Tempus, Esfera, Tikal, Akal... por citar algunas.
Lo que está claro es que ahora es una época propicia. Incluso la internacional Osprey, que fracasó miserablemente hace menos de tres lustros, vuelve a traducir al castellano. Entonces la Historia Militar no parecía rentable, hoy si.
El perfil del nuevo aficionado a la historia militar, que ha dinamizado el sector editorial destinado a satisfacer su demanda, sería un varón de 20 a 40 años, que ha visionado una cantidad de cine y documentales proporcional a su edad, con amplias experiencias en videojuegos bélicos y asiduo lector de páginas y foros de Internet. Sin embargo sus preferencias son las clásicas, es decir la II Guerra Mundial por encima de todo, seguida de la Napoleónica, y en el caso español, la Guerra Civil. Detrás vendrían el interés por la Antigüedad o la redescubierta Edad Moderna.
Se diferenciarían pues de los iniciados más veteranos en vivencias e intereses puntuales, por generalizar, se podría decir que apenas han probado juegos de mesa ( wargames ), sienten menos atracción por la elaboración de maquetas y un menor interés por el Medievo, que antes campaba a sus anchas por los puestos medios del ranking de intereses. Bueno, al menos será así hasta que se estrene la próxima película... los intereses temáticos han demostrado ser cíclicos.
Por último, advertir que esta época de bonanza editorial de militaria no va a durar siempre en el mundo hispano. La demanda se saturará y se volverán a niveles más bajos de oferta. Aunque a partir de ahora las editoriales mantendrán en su catálogo más temas militares de los que había, y harán rediciones, es previsible que muchos textos no se vuelvan a editar en mucho tiempo, o tal vez nunca. El mercado hispano no es el anglosajón; de hecho gran cantidad de los libros son traducciones de aquél.
Así pues aconsejo acaparar. El sector hispano se caracteriza por tiradas muy breves; si un libro no vende, puede volverse ilocalizable en tres años, o menos, porque es posible que los restos de edición ya no vayan a librerías de ocasión, como he comentado antes. Y que un libro no venda no significa que sea malo; al contrario, puede ser excelente, pero que simplemente sea caro. En mi parecer, si un libro vale más de 30 euros corre este peligro; los de 50 o más es mejor adquirirlos en cuanto se ven; tras sopesar y razonar su desembolso, obviamente. Pero es mi opinión.
En fin, el lado negativo de la avalancha de libros de libros de Historia Militar en castellano es que coincida con una grave crisis económica. De no ser por ello, habría más. Malos tiempos para la Lírica...
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